El hacer un buen diagnóstico, con los laboratorios Galderma y sus protocolos, permite saber por dónde se debe empezar, como armonizar, dónde está la simetría y la calidad de la piel. Además de conocer lo que se denomina la anatomía funcional, que es la base de un buen resultado.
La anatomía funcional es qué expresa el paciente, como gesticula, ver bien sus simetrías, qué dosis hay que proporcionar y qué armonía se le va a dar. Esto es lo que diagnóstica y diferencia a los médicos que se preocupan de la anatomía funcional de los que ya no lo hacen.